Sobre una posible Electrocución

Sobre una posible Electrocución

 

Nosotros, los seres humanos, funcionamos a algo que es muy parecido (por no decir igual) a la electricidad.

Nuestras células y sus membranas funcionan con electricidad. Nuestro corazón funciona con electricidad.

Y como cada uno de nosotros tiene su propio circuito eléctrico por dentro, a nuestro cuerpo no le gusta nada que lo molesten con un circuito externo.

Las fuentes eléctricas como los tomacorrientes, los cables etc. en caso de no tener la protección adecuada y tomar las debidas precauciones, pueden producir sobre nosotros una descarga eléctrica.

Cuando esto ocurre, la energía que nos llega de estas fuentes externas se transforma parcialmente en nuestro cuerpo en calor, produciendo quemaduras.

El resto viajará como electricidad y dependiendo por donde corra el trayecto de esta, provocará disturbios en el funcionamiento del corazón, pudiendo producir inclusive, aunque no necesariamente, un paro cardiorrespiratorio.

Lo más importante a recordar sobre este tema es cómo reaccionar ante esta situación de contacto directo con fuentes de descarga eléctrica. Una vez  que ocurre la electrocución, debo mantener la cabeza fría para recordar que no se debe separar a la persona electrocutada de la fuente eléctrica de ninguna manera.

Separarla con un palo, con una silla, con una patada estilo ninja con botas de goma, etc., son todos mitos. Lo único que voy a lograr es que quede pegada una persona más.

Lo primordial será rápidamente y casi como un acto reflejo, correr hacia la caja de electricidad y cortar el paso de electricidad en el panel principal por las dudas de que no haya saltado el disyuntor.

En caso de pérdida de conciencia, nos tocará también hacer RCP mientras llega la ambulancia o mientras vamos hacia la guardia del hospital más cercano.

Obviamente, lo mejor es la prevención y para ello debemos tomar todos los recaudos a nuestro alcance, protegiendo y aislando los puntos peligrosos. Para ello, hay muchos artículos y sugerencias que los profesionales matriculados nos pueden recomendar.

Con los niños hay que tener especial cuidado. Son muy curiosos y transitan por todos los rincones manipulando lo que está a su alcance.  A determinada edad no cuentan con conciencia de lo dañina que puede ser una descarga eléctrica y tampoco saben de dónde y cómo puede presentarse. Por lo cual están expuestos a mayores riesgos. Por ello, una vez más, la prevención es altamente importante y la recomendamos fervientemente.

Dra. Maria Sol Cabezas Hurtado

Matrícula Nro. 135.859