Pareciera que, en este momento, sólo podemos hablar de esto! Algunas cosas que escuchamos son muy ciertas, otras fantasiosas, algunas simplemente erróneas, pero la realidad es que la bronquiolitis está en boca de todas las familias con niños pequeños.
Pero, ¿Qué es la bronquiolitis?
La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria común; más común aún en bebés y niños pequeños. Esta genera inflamación de los bronquiolos (las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones) que es secundaria a una infección viral, siendo el virus respiratorio sincitial (VRS) la causa más frecuente.
Si bien es una enfermedad estacional, más habitual en otoño e invierno, es posible que la bronquiolitis surja en cualquier otra época del año. Es casi lógico pensar que esto se debe al frío, pero esto no es muy cierto. El frío, sin embargo, genera las condiciones propicias para la transmisión viral: mayor hacinamiento, menor lavado de manos y menor ventilación.
La bronquiolitis suele aparecer con un cuadro muy similar al de cualquier resfrío común: congestión nasal, estornudos, mocos, tos, fiebre generalmente leve.
Sin embargo, a diferencia del resfrío común, en la bronquiolitis los síntomas suelen agravarse con el correr de los días, agregándose dificultad para respirar, respiración agitada, sibilancias y, en aquellos bebés más pequeños o con síntomas más graves, cianosis y apneas.
El diagnóstico de la bronquiolitis es por síntomas, y no se necesita ningún estudio complementario para hacerlo. En algunos casos se puede pedir un panel viral en secreciones para estudiar a fondo el agente causal. En pacientes con mayor gravedad muchas veces se solicita una radiografía de tórax para poder descartar otras afecciones pulmonares.
La bronquiolitis es una enfermedad que se autolimita de acuerdo con el ciclo viral, mejorando sola con el paso del tiempo. Sin embargo, en algunos pacientes con factores de riesgo (prematuros, cardiópatas, pacientes con afecciones metabólicas, pulmonares o desnutrición) puede llegar a tener mayores riesgos, pudiendo hasta requerir una hospitalización.
El tratamiento es de sostén. O sea, nada específico, solo alivio de síntomas. A su vez es importante mantener una comunicación con la o el pediatra del niño para ver si hay algún signo o síntoma que sea de mal pronóstico. Será importante mantener una adecuada hidratación, humidificación del ambiente y manejo de las secreciones para descongestionar la nariz del bebé. Se irá controlando también la curva térmica del niño con antitérmicos según la edad y con dosis acordes con el peso.
Habrá casos mas graves en los cuales aparecerá una franca dificultad respiratoria. En estos, lo importante será acudir a la guardia de forma oportuna (¡hablen con sus pediatras siempre!) para evaluar la necesidad de suplementar con oxígeno en la modalidad necesaria, en una internación.
Repito: la mayoría de los niños NO LLEGA A ESTA INSTANCIA.
La prevención de la bronquiolitis depende de medidas que ayuden a evitar la propagación viral: ventilar, lavarse las manos, no hacinarse y evitar el tabaquismo en todos los casos! Sumado a esto: mantener el carnet de vacunación completo y los controles de salud al día.
Dra. Maria Sol Cabezas Hurtado
M. N. 135.859

